El proyecto GOMILA nace con la iniciativa de la familia Fluxà, propietaria de la marca mallorquina de zapatos Camper. Adquirieron varios edificios y solares en la plaza y solicitaron a los arquitectos GRAS y MVRDV desarrollar un proyecto de revitalización, con un total de 7 edificios con cromatismo e identidad propios.
En el edificio blanco encontramos Brutus, el restaurante italiano. Su nombre hace referencia al Brutalismo, el movimiento arquitectónico de los años 50, reflejado en el uso de hormigón, tonos grises… características que sirvieron como punto de partida para la reforma del espacio, manteniendo parte de la estructura original con casetones vistos, paredes, pilares y suelos de hormigón.
El restaurante, con una parte de la cocina abierta, ofrece servicios de brunch, comidas y cenas. Además, se han instalado tres grandes barras (bar, preparación y cocinado) en el centro del local, convirtiéndolo en un espacio dinámico donde los comensales pueden ver la preparación de los platos.
Dos grandes alfombras de gresite definen la reforma interior del restaurante Brutus, al mismo tiempo que permiten ubicar mesas redondas y cuadradas para diferentes grupos. También se utilizan mesas con bancos para grupos grandes y se ha creado un salón en la entrada para la espera o para disfrutar de un cóctel.
La conexión entre el interior y la terraza se logra mediante carpinterías acordeón, permitiendo una transición fluida. La terraza, diseñada como una prolongación del interior, presenta una topografía de macetas a diferentes alturas, iluminadas por la noche para crear un ambiente mágico. El algarrobo, árbol autóctono de la isla, se eligió por su aspecto robusto, hojas fuertes y frutos dulces.
El mobiliario del proyecto es principalmente de madera de Ipé y Teca. Se diseñaron mesas y bancos a medida para aportar calidez al espacio. El uso del color primario, característico del brutalismo, se incorpora pintando vigas estructurales, el horno de pizza, lámparas decorativas y los baños.
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