El diseño de los interiores del hotel Omm se fundamenta en la simplicidad de líneas, el equilibrio del color, el volumen, la textura y la utilización de materiales sin adornos ni artificios. El diseño se centra en lograr la máxima funcionalidad sin renunciar a la imaginación ni al juego.
El principal objetivo inicial en el diseño de los interiores del hotel Omm fue destinar la planta baja al restaurante, permitiendo que la recepción del hotel compartiera las actividades propias de la restauración. Esto implicaba que el hotel contara con una sola entrada para todos los usuarios de los diversos servicios que ofrece. Compartir el espacio resultaría beneficioso para ambas actividades, una decisión destinada a contrarrestar la monotonía habitual de los vestíbulos de hotel al mezclarse con el constante bullicio que caracteriza a los restaurantes del grupo. Al organizar el espacio interior, se buscó agrupar necesidades en lugar de duplicarlas.
Esta estrategia no solo optimiza el uso del espacio, sino que también crea una sinergia entre las diferentes funciones del lugar. La idea de fusionar la recepción del hotel con el restaurante no solo rompe con la monotonía convencional, sino que también promueve una experiencia más dinámica y animada para los huéspedes. La decisión de compartir actividades entre ambas áreas demuestra un enfoque innovador hacia el diseño, donde la eficiencia y la estética se combinan para ofrecer una experiencia única y multifuncional.
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