Rocambolesc
Dirección creativa:
Sandra Tarruella Interioristas
Responsable:
Olga Pajares
Colaboradores:
Elsa Noms, Albert Martin
Superficie:
64,50 m2
Cliente: Hermanos ROCA
Fotografo: Meritxell Arjalaguer
Diseño grafico: Run
El diseño de la heladería Rocambolesc en Girona surge de la idea de crear un nuevo establecimiento que celebre y experimente con los deliciosos postres provenientes del prestigioso Celler de Can Roca.
Desde sus inicios, Rocambolesc ha abrazado con determinación la misión de ser diferente y única. Es por esto, que su travesía ha estado marcada por la nostalgia de las antiguas heladerías, donde la autenticidad de los productos era el sello distintivo. Entramos en un mundo imaginario, evocando la magia de «Charlie y la fábrica de chocolate» o las cautivadoras historias del doctor Franz de Copenhague.
La fachada no es simplemente una estructura arquitectónica, más bien, constituye un encantador guiño que abraza la noción de un cuento de hadas. Simultáneamente, rinde homenaje a la estética tradicional de las carpinterías que caracterizan a las heladerías de toda la vida. Desde la elección de materiales hasta la disposición del espacio, refleja la esencia única y la inspiración detrás de este proyecto, creando así un ambiente que sumerge a los visitantes en un universo lleno de delicias y fantasía.
La concepción del diseño no solo se centra en la estética visual, sino también en la creación de una experiencia integral. Desde la entrada, cada elemento arquitectónico y decorativo se entrelaza para tejer una narrativa visual que invita a los clientes a sumergirse en una dulce travesía.
Cada rincón está meticulosamente diseñado para fusionar la modernidad con la nostalgia. De esta forma, se evocan emociones que conectan con la tradición y, al mismo tiempo, transportan a los comensales a un espacio donde la creatividad y la calidad son los protagonistas indiscutibles.
Así, el diseño de la heladería Rocambolesc de Girona se presenta como un espacio donde la innovación y la tradición convergen. Desde su concepción hasta su materialización, encapsula la visión y el ingenio, elevando el simple acto de disfrutar de un helado a una experiencia encantadora e inolvidable.
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