El proyecto del nuevo restaurante SALT presentaba una complejidad significativa debido a la gestión de un espacio dentro del hotel W Barcelona. Este espacio debía ser apto para tres momentos con unas necesidades muy distintas: como restaurante, sala de desayunos para los clientes del hotel y para eventos. Estos usos son muy diferentes entre sí, por lo que decidimos aprovechar al máximo el mobiliario para cada uno de los momentos del día y seleccionar elementos emblemáticos fijos que sean comunes a los tres.
Otro punto importante era la integración y visibilidad del restaurante desde el paseo de la playa. Para hacer el espacio interior más visible, elevamos el pavimento, permitiendo que los comensales interiores puedan ver el mar por encima de las personas ubicadas en la terraza. El diseño de la carpintería del local es acristalada y plegable, de esta manera conecta ambos espacios.
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La conexión interior/exterior era fundamental, por lo que trabajamos los dos espacios como si fueran uno. La pérgola que situamos en la terraza para proteger del sol, realizada con estructura de madera y fibras naturales de Pont de Querós, se extiende hacia el interior para potenciar esta relación
Toda la caja del restaurante esta trabajada como un envolvente global de color arena, mimetizando el local con la naturaleza del lugar, la playa de la Barceloneta.
El pavimento, que hace referencia a la arena del mar, se crea con una tarima de micromortero, mientras que las alfombras de microterrazo continuo zonifican los grupos de mesas y aportan peso al conjunto.
El techo acústico, con textura marcada, cuenta con un cortinero perimetral y llagas donde se unifican las instalaciones. La estética respira naturalidad, luz y calidez, fusionándose con la playa.
La pared frontal de forma curvilínea funciona como telón de fondo del espacio, donde hemos integrado en el mismo tono piezas de barro manual colocadas en vertical, dejando diferentes espacios entre ellas para dejar una rítmica lechada de mortero a la cal.
Para zonificar los espacios, utilizamos elementos fijos como las barras, de formas orgánicas que parecen surgir del pavimento continuo y articulan todos los espacios, conectándolos visualmente sin interrumpir la vista.
Combinamos la trasera de los bancos perimetrales de obra del mismo material del suelo, con los asientos de madera modulares, jardineras móviles y unos elementos de mobiliario móvil realizados en madera maciza de iroko o en baldosa vitrificada, que sirve de soporte para los desayunos. Todo ello, permite repartir el buffet de manera más amena y no centralizada, separando dulce de salado, embutidos, zumos y cafés, y ayudando a crear un recorrido que potencia el uso de todos los espacios. Estos elementos se transforman en mesas comunales o muebles de apoyo durante las comidas y cenas.
Todos los materiales son naturales; el mobiliario es de piedra natural y madera, complementado con textiles de diferentes colores y estampados, junto con una exuberante vegetación mediterránea.
La iluminación puntual y dramática sobre las mesas se complementa con lámparas y un juego de piezas de barro cocido manual de Mallorca en la pared de la escalera. El elemento más importante y matérico se ha diseñado sobre las dos barras, haciendo referencia a la rosa del desierto. Para ello, hemos contado con la colaboración del artista Ramón de los Heros, quien ha creado un material desde cero para originar las láminas, logrando una textura muy similar a la piedra original.
