FreshPerts
Dirección creativa:
Sandra Tarruella Interioristas
Responsable:
Elsa Noms
Colaboradores:
Núria Martinez, Mariona Guàrdia, Adriana Camps
Superficie:
118 m2
Cliente: Sushifresh, S.L.
Fotografo: Salva Lopez
Sara Serantes y Sergi Zacharias, fundadores de Sushifresh nos contratan para diseñar los locales de su nueva marca paraguas Freshperts que engloba cinco variedades de comida a domicilio.
Con el nuevo plan de expansión de la marca se resuelven problemas de visibilidad y comprensión del local, así como la operativa y organización que habían ido surgiendo y que repercute en el diseño de los espacios.
La reforma del primer local, ubicado en el norte de la ciudad, tiene por objetivo que estos nuevos espacios transmitan la esencia y valores de la marca y que los clientes y los riders, reconozcan los distintos restaurantes que hay dentro del mismo lugar. Se engloban las distintas cocinas a la vista, con una estética acorde al tipo de comida fomentando la transparencia en el uso de buena materia prima y con la intención de que el cliente sea más partícipe del proceso de creación.
El local esquinero de forma irregular tiene dos grandes fachadas de vidrio de cuarterones de hierro existentes. Se decide aprovechar las carpinterías y forrar con rastreles de madera verticales para eliminar la frialdad del hierro con la materialidad de la madera y visualmente alargar la poca altura del local.
A partir de las distintas necesidades funcionales y vivenciales, surge la idea de diseñar un espacio común con techos cálidos de madera de roble y suelos y paredes de microcemento con la orientación de las cocinas hacia el exterior. La pared trasera de los cocineros se forra con rastreles de madera vertical y aparte de esconder las instalaciones, integra espacios de trabajo, lavado y almacenaje. En esta pared también se incluyen detalles como un mueble de hierro diseñado a medida que ordena y dosifica las cajas de packaging para agilizar el trabajo a los cocineros y se pinta cada zona con su color corporativo para identificarlos rápidamente dentro del acabado general.
Se resuelven las circulaciones de los cocineros, riders y clientes abriendo dos accesos independientes. Uno para que los riders recojan los pedidos que discurren por detrás de los muebles de las distintas cocinas y el otro para la entrada de clientes.
Justo al acceder al local, aparece el mostrador más emblemático, el de Sushifresh fabricado en madera maciza teñida en negro.
Al lado, se encuentra el mueble Boko Hotto con inspiración asiática hecho de baldosas artesanales que forran todo el mueble, hechas a medida, en distintos tonos cálidos, terracotas, caramelo y marrones con aire de los años 70.
Trabajamos con una riqueza de materiales nobles como maderas, piedras y hierro, combinando con volúmenes y formas depuradas para lograr una estética funcional, sin añadidos ni decoraciones superfluos.
Se optimiza la organización y funcionalidad de la preparación de la comida y se diseña a medida una estantería divisoria que separa la zona de cocina caliente del resto de cocinas a la vista.
Este mueble de acero inoxidable es el eje central del local y sirve para recibir todos los pedidos a la espera de ser repartidos y se diseñan unos cajones especiales que se aíslan térmicamente para que la comida se conserve cliente antes de ser repartida.
En el medio del local, el mostrador Fish&greens y Rainbowls con una propuesta de comida vegetariana se decide diseñar con una estética más fresca y juvenil fabricado en madera de roble natural.
El dinamismo y versatilidad de los mostradores se complementa con el mostrador cilíndrico, lacado en verde para que los riders recojan los pedidos. Al lado, el mostrador de cobro y bebidas, fabricado con un tejido translúcido que permite que los paneles de luz lo retroiluminen convirtiéndose en un reclamo visible des del otro lado de la calle.
El estudio de la luz ha sido muy importante para aportar una atmosfera más nocturna y enigmática. Con el objetivo de desviar la atención de unos grandes pilares que aparecen en el centro del local, se decoran con unas cajas de luz asimétricas que se inspiran en las grandes ciudades de los países asiáticos y que sirven de soporte de comunicación, ayudando a la experiencia del cliente en el espacio.
También se cuida la rotulación en la fachada de los distintos restaurantes. Cada uno, con su sello de marca convertido con letras recortadas que emiten luz, se reparten por la fachada para llamar la atención de los transeúntes, desdibujando la separación entre el exterior e interior.