La reforma de los interiores del restaurante La Xina se abordó con el mismo enfoque que se utilizó en su día con el restaurante Japonés. La inspiración se obtuvo a través de una exhaustiva documentación con libros, películas y viajes, con el objetivo de capturar la esencia atractiva y sugerente de la cultura china. Esta investigación sirvió como base para acompañar y respaldar el proyecto del Grupo Tragaluz en la creación de un restaurante chino único en Barcelona.
Se buscó transmitir la autenticidad de la cultura china sin caer en estereotipos, aprovechando texturas, colores, olores, y elementos como el vapor de las cocinas, las celosías ornamentadas, las lacas brillantes, la patina envejecida de la madera, y las lámparas de pared que simulan farolillos. El simbolismo de la lámpara dragón también se incorporó, creando un ambiente evocador y auténtico.
La cocina se consideró un lugar fundamental en el diseño del restaurante, con la premisa de que los clientes disfrutaran viendo la elaboración de los platos. La madera, como material noble, desempeñó un papel central, utilizando celosías chinas para el revestimiento de paredes y como separadores de espacios, y roble envejecido para el pavimento y el revestimiento de muebles.
La iluminación fue cuidadosamente planificada, siendo puntual y cálida para resaltar las zonas esenciales y crear espacios acogedores e íntimos. La intención fue destacar el trabajo de los cocineros como elemento central en la experiencia del restaurante. En conjunto, tras reforma de los interiores del restaurante La Xina se logró un ambiente rico, diferenciador y contemporáneo en su concepto, que refleja la esencia de la cultura china de manera auténtica y única.
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