La reforma del restaurante Ana la Santa surge a partir de las sugerencias de los clientes Tomas Tarruella y Perico Cortes. Ambos tenía la visión de crear un espacio que albergue diversas opciones gastronómicas y maneras de disfrutar la comida, todo dentro del mismo local.
La concepción del Ana La Santa se materializa en la creación de cuatro zonas distintas que se organizan alrededor de la gran barra central, que actúa como eje y punto neurálgico del establecimiento. La barra no solo cumple la función de servir como área de preparación y servicio, sino que también contribuye a unificar el espacio y crear una experiencia centralizada para los clientes.
La distribución del espacio se aprovecha mediante la utilización de dos niveles diferentes, permitiendo dividir las áreas de manera fluida y sin barreras visuales evidentes. La zona de entrada se concibe como un espacio más informal, mientras que la parte trasera del restaurante adopta un tono más elegante, proporcionando variedad y opciones para diferentes preferencias y ocasiones.
En resumen, la reforma del restaurante Ana la Santa se configura como un lugar versátil y dinámico, donde la variedad de opciones gastronómicas y el diseño del espacio buscan adaptarse a diversas experiencias y estilos de comida. La gran barra central se convierte en el elemento central que une y organiza las distintas áreas del local.
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