Shiro by Paco Pérez
Dirección creativa:
Sandra Tarruella Interioristas
Responsable:
Olga Pajares
Colaboradores:
Blanca Comín
Superficie:
200m2
Cliente: Grupo Peralada
Fotografo: Salva López
«En el estudio de Sandra Tarruella Interioristas hemos diseñado el restaurante Shiro para el grupo Peralada, para consolidar la apuesta gastronómica de Paco Pérez que habíamos realizado en 2020 en los jardines del Castillo.
El restaurante está ubicado en los pabellones diseñados por GCA en los jardines del Castillo de Peralada, donde tiene lugar el Festival. Al ser un espacio que estaba dedicado a eventos, el primer reto era acondicionar un espacio diáfano y con techos muy altos para crear una atmosfera acogedora e íntima para el nuevo uso.
Hemos utilizado el acceso secundario de mercancías hacia la cocina, para transformarlo en la entrada principal. El nuevo espacio se genera mediante una cubierta inclinada de chapa metálica a la que se accede a través de una gran puerta pivotante de madera con el logo retroiluminado.
Al tratarse de un restaurante asiático, nos ha llevado a utilizar una estética oriental y elegante donde todos los elementos cobran sentido y permite al espacio tener una circulación que funciona en un entorno confortable.
Hemos ubicado como telón de fondo del local un revestimiento de fibras naturales formando una cuadrícula irregular en distintas direcciones, que genera unas sombras muy relacionadas con la estética asiática y nos permite a su vez ocultar las entradas a la cocina, los baños y el guardarropa.
La distribución de sala se configura a partir de la colocación de una gran mesa a la salida de cocina que permite utilizarla como eje central de uso de camareros. Realizada en madera de DM negro esculpida y trabajada a mano, con formas redondeadas (Fusteriajvidal). El banco perimetral que recorre el espacio se sitúa en el fondo del local para ver todo el local con el castillo de fondo. Unas mesas dobles de estructura de hierro y sobre de dekton brillante están situadas en la gran cristalera de fachada y mesas redondas de madera de nogal o piedra abujardada en el centro.
El uso de unos visillos de lino colocados sobre unas barras de hierro nos permite jugar con las alturas y dobles capas de manera que nos tamiza la luz sin tapar las vistas hacia el Castillo.
La intervención más importante es el diseño especial de las tres grandes lámparas de forma de flor realizadas en papel con estructura metálica que aporta calidez, nos hace percibir la altura a una escala más confortable y nos evoca a la estética oriental.
Hemos potenciado la iluminación mediante proyectores con temperatura cálida y muy concentrados para crear el ambiente dramático encima de las mesas y en los elementos vegetales.
La implementación decorativa se realiza mediante unos almendros en flor que hace referencia al final del invierno y el inicio de la primavera que es el momento de apertura del restaurante. Para hacer un guiño al entorno y su tradición hemos querido utilizar imágenes de una de las óperas realizadas en el festival de Peralada y que tiene una referencia estética oriental como Madamme butterfly.»