Ibiza es una de las islas más emblemáticas del archipiélago balear, no solo reconocida por sus playas y vida nocturna, sino también por su patrimonio arquitectónico, que ofrece un equilibrio singular entre la tradición y la modernidad, donde las líneas blancas y puras de la arquitectura vernácula conviven con estructuras históricas, que cuenta una historia de adaptación estética al entorno, donde el diseño tradicional ha sido moldeado por la luz, el clima y la geografía del Mediterráneo.
En este entorno encontramos el Ibiza Gran Hotel, un hotel de 5 Estrellas Grand Luxe donde, fieles a su ideal de excelencia, buscan una conexión profunda con el entorno, pasión por los momentos auténticos y una máxima atención a las necesidades de sus clientes. Quieren ser un refugio único de lujo sereno mediterráneo, ofreciendo un servicio excelente y exclusivo con un singular y atemporal toque mediterráneo. Después de trabajar con ellos en la reforma de la Gran Suite Dalt Vila y del Open Spa, nos han encargado para esta temporada la renovación del restaurante La Gaia en Ibiza. Siguiendo la misma línea que en las intervenciones anteriores, desde la propiedad y dirección de este hotel de cinco estrellas gran lujo siempre quieren cuidar hasta el mínimo detalle con todo el mimo posible, una actitud que se refleja en el resultado final del proyecto.
Desde nuestro estudio, hemos enfocado esta nueva fase del proyecto desde la búsqueda de las raíces de la isla, con una mezcla de varios elementos para conseguir el punto justo de arquitectura tradicional, pero con un punto cosmopolita para encajar en un edificio de clara estética urbana. Además, hemos querido depurar las diferentes capas que se han ido añadiendo a lo largo de los años para mantener y rescatar algunos elementos, materiales y superficies con mucha presencia, que nos permiten mantener la esencia del hotel, pero compaginándolo con la nueva imagen que buscamos. En un hotel de ciudad que tiene Dalt Vila como telón de fondo, para nosotros era importante fundirnos con los colores, tonalidades y materialidad de este entorno.
El restaurante La Gaia by Óscar Molina, una propuesta gastronómica de alto nivel, galardonado con una estrella Michelin y dos Soles Repsol. Una cocina creativa y moderna inspirada en la tradición ibicenca, con productos locales, mediterráneos, con una aportación personal sofisticada y honesta.
Teniendo en cuenta que trabajamos para uno de los mejores chefs de España, nuestro cometido en La Gaia era hacer un restaurante a medida de su propuesta gastronómica, es decir, traducir de forma matérica lo que se quiere ofrecer al cliente. Así, nos hemos inspirado también nosotros en la arquitectura tradicional ibicenca, tan sencilla, elegante y luminosa, con sus muros gruesos, sus porches abovedados y sus arcos de medio punto tan presentes en las construcciones de la isla. Con materiales naturales y del entorno, y paredes blancas para reflejar la luz del sol, y que transmite pureza y calma.
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La propuesta de La Gaia es alta cocina presentada a través de una experiencia que abarca todos los sentidos, donde los comensales realizan un viaje culinario por diferentes etapas distribuidas en el restaurante. El recorrido comienza con una bienvenida donde se degustan unos entrantes, un segundo punto de degustación en la barra frente a la cocina vista, donde tendremos la presencia del Chef para saludar a los comensales, y, finalmente, culmina la experiencia en una de las mesas.
En nuestro proyecto, hemos traducido estos puntos en un espacio dinámico, donde los gruesos muros con grandes arcos de revoco de cal separan la sala y crean rincones con encanto que dan privacidad a las mesas. Además, predominan las formas orgánicas y los colores neutros con materiales naturales, como en la arquitectura tradicional de la isla, un recurso que nos sirve para dar protagonismo a la experiencia gastronómica. Siguiendo el recorrido propuesto por el chef para la degustación de su menú, en el centro del local, justo en frente de la entrada, se ha colocado una barra con formas orgánicas y con revestimiento continuo, unas formas acordes con su ubicación en la sala, donde el cliente puede degustar los primeres entrantes. En uno de los laterales, frente a la cocina vista se sitúan dos barras, con una forma más contundente, en consonancia con los módulos de cocción, y revestidas en piedra natural, que sirven a la vez como punto dos del recorrido de los clientes, así como el pase de platos hacia las mesas. Además, como telón de fondo para estas cocinas vistas, hemos decidido recuperar una de las instalaciones artísticas que había en el antiguo local del restaurante, las medusas de la artista danesa Katrin Kirk.



En el lado opuesto a la cocina, uno de los arcos nos permite separar la zona del reservado, presidido por una gran mesa escultórica de madera, con una gran lámpara colgante que aporta destellos de luz a este espacio y una alfombra de piezas de piedras naturales creando un patrón en el suelo. El resto de las mesas se distribuyen de forma irregular por los diferentes rincones que crean las arcadas y, entre ellas también se colocan estratégicamente algunos gueridones con formas diferentes en función de su ubicación: algunos tienen formas orgánicas y pesadas como la barra central, otros se integran como hornacinas en los gruesos muros de los arcos, y el resto son ligeros, fabricados con perfiles metálicos y bandejas de madera y cuero. Como filtro para las fachadas, hemos optado por paneles de fibras naturales, presentes en toda la artesanía popular de la isla.
El restaurante está ubicado junto al lobby del hotel, y se separan de éste a través de una gran celosía metálica, que permite entrever lo que sucede dentro, pero manteniendo la privacidad necesaria para los comensales, haciendo de frontera entre los espacios.
En conjunto, este espacio transmite una atmósfera elegante y tranquila, preparada para degustar la gran experiencia gastronómica que nos proponen en La Gaia.
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