La reforma del restaurante Tagomago en Madrid, para el grupo Saona, consistía en crear un espacio urbano, cosmopolita y con un punto más sofisticado que sus anteriores locales, además de dar mucho protagonismo a la coctelería. Todo ello, sin perder la esencia Mediterránea tan característica los restaurantes del grupo y manteniendo una atmósfera muy cálida.
La esencia del proyecto se basa en el uso de materiales nobles y cálidos pero trabajados en formas volumétricas muy escultóricas. De ahí que el resultado evoque a espacios mediterráneos sofisticados tan característicos de los años 70.
El espacio se organiza en varios ambientes para aportar distintas experiencias al cliente. Por un lado, una zona lounge más relajada cerca de la entrada, por otro, una zona de barra para dar más presencia a las copas, y finalmente, una zona de bancos con mesas en fachada y mesas centrales o comunitarias en el interior.
Para dar continuidad y amplitud a la reforma del restaurante Tagomago en Madrid, y poder también resaltar los elementos más singulares del proyecto, se unifican los revestimientos. De esta forma se emplea pavimento continúo de cemento oscuro, paredes pintadas a la cal en un tono cálido y techo acústico tapizado de fibras naturales. Tanto el mobiliario de madera y como el tapizado aportan la calidez al local necesaria.
El diseño de los elementos más destacados del espacio se ha creado siguiendo las directrices del cliente, pensando en suavizar las formas y sofisticar el ambiente.
La barra central se ha trabajado de una manera escultórica con volúmenes de madera maciza, adoptando un papel protagonista en el espacio. A continuación, encontramos un paramento de yeso que se extiende hasta el final del local.
En todo el conjunto se crea un juego de vacíos con hornacinas de cantos redondeados. El resultado integra la bodega, la exposición de producto y almacenaje de vajilla y los diferentes elementos necesarios para el servicio.
En la pared lateral, quedan enmarcados unos elementos de lamas que interpretan la celosía mediterránea. Están fabricados en madera lacada con detalles en dorado, flotando sobre un fondo de color azul oscuro que se desplaza de manera intencionada.
Finalmente, las ventanas que dan a fachada se convierten en escaparates donde situaremos una composición de elementos cerámicos visibles desde el exterior.
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