Interiorismo y arquitectura de una casa en el Empordà. En este proyecto Sandra Tarruella ha trabajado en colaboración con el arquitecto Lluis Auquer desarrollando el proyecto de interiorismo en consonancia con la arquitectura de la casa. Se trata de una vivienda de nueva construcción situada en el campo y en su interiorismo se han querido reflejar estas características utilizando materiales naturales y de la región con tratamientos que resaltan la potencia de su naturaleza y que armonizan con los sistemas de construcción tradicionales empleados por el arquitecto sin tener que renunciar a las comodidades actuales.
Los suelos de casi toda la casa así como el del sótano son continuos de cemento, en distintas tonalidades de crudo y tierra, excepto algunas estancias donde encontramos tarima de madera natural. Las paredes y techos de madera o cañas están estucadas a la cal en colores suaves. Todas las habitaciones tienen amplios ventanales con carpintería de madera antigua que permiten disfrutar del paisaje y la entrada de luz.
Gran parte del mobiliario ha sido diseñado por Sandra Tarruella y realizado a medida en madera y hierro, como las camas y diferentes mesas, así como los armarios y mobiliario integrado, mientras que otras piezas son recuperadas. Esto se ha querido contrastar con elementos de diseño más actual y contemporáneo como las lámparas, las sillas, las griferías y los baños. A la hora de escoger estos elementos ha prevalecido la funcionalidad queriendo que fueran de diseño actual y con las últimas prestaciones.
Los baños tienen encimeras de piedra natural apomazada con boles de piedra como lavamanos y espejos retroiluminados. La bañera del baño principal está construida a modo de hammam hundida en el pavimento y con un gran rociador que proporciona sensación de lluvia. El resto de duchas y bañeras son también de obra.
La cocina es una de las estancias de la casa con más carácter. Una encimera de mármol blanco país con las picas integradas recorre uno de sus laterales, interrumpida únicamente por la gran cocina a gas con campana de obra. En la pared opuesta unos armarios de roble cortado a sierra integran los electrodomésticos y sirven de despensa y alacena para el menaje. En la pared en la que se encuentra la puerta de entrada a la cocina unos estantes de obra a lado y lado sirven para guardar la loza y la vajilla. Una gran mesa de madera rústica ocupa el centro de la cocina. A través de ella accedemos al comedor, con paredes revestidas de madera y chimenea de barro.
La planta sótano tiene una gran zona de parking y un pasillo nos conduce al resto de dependencias: el gimnasio-spa, la vivienda de los masoveros, cuartos de máquinas, lavadero y bodega. En la bodega el pavimento continuo de cemento cambia a un parquet de madera de roble y un gran mueble central para catas de mármol blanco con pica integrada constituye el centro de la habitación junto con una estantería donde guardar los vinos.
Las puertas que dan al pasillo del sótano son todas de madera antigua recuperada y las paredes se han pintado de diferentes colores para crear un juego cromático de planos.
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