La reforma de la panadería Turris Borrell, frente al mercado de Sant Antoni, se ha llevado a cabo manteniendo la esencia y el carácter distintivo de la marca. Ubicado en la planta baja de un edificio construido a finales del siglo XIX, el local presenta una fachada a doble altura. Además cuenta con una carpintería de vidrio y marcos de madera de roble, que sirven como soporte para el logotipo realizado con la técnica del estarcido, coherente con el concepto gráfico de la marca.
El diseño del local se estructura de manera que el punto de venta ocupa la parte inferior, con una altura de 5 metros, seguido por el obrador visible para el cliente. En la parte superior, se encuentra un altillo abierto al doble espacio, que se utiliza para impartir talleres y conferencias, añadiendo una dimensión adicional a la funcionalidad del espacio.
En la reforma de la panadería Turris Borrell se ha mantenido el sistema de exposición del pan mediante cestas de mimbre que cuelgan de perfiles de hierro verticales. Los muebles con ruedas hechos de hierro, que recuerdan a los carros utilizados en el obrador, se emplean para la presentación del pan. Por otro lado, una larga mesa de madera maciza con caballetes sirve como mostrador para la exposición de bollería y pastelería.
Finalmente, las lámparas suspendidas del techo, diseñadas en madera de pino, no solo cumplen la función de iluminación, sino que también fijan linestras cálidas, proporcionando sencillez y austeridad al espacio. Destacar que, estas lámparas han sido creadas exclusivamente para este local, añadiendo un toque personalizado y distintivo.
En definitiva, el diseño general del espacio se caracteriza por formas y manipulaciones sencillas, así como el uso de materiales nobles. La estética funcional y austera, sin adornos innecesarios, refuerza la pasión, la cercanía y la autenticidad asociadas con la elaboración de un buen pan. En conjunto, esta nueva panadería Turris busca transmitir estos valores a través de su diseño y disposición espacial.
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