Interiorismo de una casa de vacaciones en Rupià, en el Baix Empordà. Sandra Tarruella Interioristas ha creado un concepto de interiorismo y también ha colaborado con el arquitecto Aitor Horta y con Núria Martínez en el diseño de la volumetría, para conseguir un mismo lenguaje en todo el edificio. Para que el entorno también respire la misma estética, la paisajista Monica Martí ha diseñado un jardín alrededor de la casa con vegetación autóctona.
La casa se ha dividido en dos edificaciones que se conectan a través de un patio central que hace la función de recibidor. En la edificación principal, con una altura más grande, se encuentran los espacios comunes de la casa, con un salón-comedor y cocina en un único espacio presidido por una gran chimenea en la zona del salón, y también encontramos un primer dormitorio con baño. En el volumen secundario hay dos dormitorios más y un baño compartido. Bajo este segundo volumen encontramos el sótano con zonas de instalaciones y lavadero.
Uno de los puntos principales del interiorismo de esta casa de vacaciones en Rupià es la integración con el entorno. Para ello, se han elegido materiales y colores terrosos, que conecten con el jardín. De esta forma, para el revestimiento de toda la fachada de los dos volúmenes se ha utilizado un revoco a la cal de color tierra, que se unifica con la pintura a la cal del interior en el mismo color.
También en el interior y en la zona de piscina tenemos un pavimento continuo a tono, mientras que en el patio central se han utilizado ladrillos manuales recuperados para darle color arcilla con un toque rústico y adecuado a la zona. Junto a estos materiales también hay una gran presencia de la madera, ya sea en los techos con estructura de vigas de madera, así como en las carpinterías de acceso y en algunos elementos de mobiliario.
Otro tema muy importante es la conexión entre el interior y el exterior, colocando grandes aperturas en todas las estancias. Además, las carpinterías se pueden esconder completamente en el interior de las paredes para aumentar el vínculo con el jardín al eliminar los cerramientos de cristal.
Para el mobiliario se ha buscado una imagen sencilla pero acogedora, colocando elementos de una estética informal y con un punto rústico, que se adecuan a la perfección con la arquitectura del edificio. Los materiales y colores de los tapizados son de colores naturales y neutros.
Trabajar en este proyecto ha sido un reto, al poder participar y colaborar en todas las fases del proyecto, desde la volumetría hasta la propuesta de vegetación para el jardín.
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