Ibiza es una de las islas más emblemáticas del archipiélago balear, no solo reconocida por sus playas y vida nocturna, sino también por su patrimonio arquitectónico, que ofrece un equilibrio singular entre la tradición y la modernidad, donde las líneas blancas y puras de la arquitectura vernácula conviven con estructuras históricas, que cuenta una historia de adaptación estética al entorno, donde el diseño tradicional ha sido moldeado por la luz, el clima y la geografía del Mediterráneo.
En este entorno encontramos el Ibiza Gran Hotel, un hotel de 5 Estrellas Grand Luxe donde, fieles a su ideal de excelencia, buscan una conexión profunda con el entorno, pasión por los momentos auténticos y una máxima atención a las necesidades de sus clientes. Quieren ser un refugio único de lujo sereno mediterráneo, ofreciendo un servicio excelente y exclusivo con un singular y atemporal toque mediterráneo. Después de trabajar con ellos en la reforma de la Gran Suite Dalt Vila y del Open Spa, nos han encargado para esta temporada el diseño del bar Musa en Ibiza, una de las nuevas aperturas de esta temporada. Siguiendo la misma línea que en las intervenciones anteriores, desde la propiedad y dirección de este hotel de cinco estrellas gran lujo siempre quieren cuidar hasta el mínimo detalle con todo el mimo posible, una actitud que se refleja en el resultado final del proyecto.
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Desde nuestro estudio, hemos enfocado esta nueva fase del proyecto desde la búsqueda de las raíces de la isla, con una mezcla de varios elementos para conseguir el punto justo de arquitectura tradicional, pero con un punto cosmopolita para encajar en un edificio de clara estética urbana. Además, hemos querido depurar las diferentes capas que se han ido añadiendo a lo largo de los años para mantener y rescatar algunos elementos, materiales y superficies con mucha presencia, que nos permiten mantener la esencia del hotel, pero compaginándolo con la nueva imagen que buscamos. En un hotel de ciudad que tiene Dalt Vila como telón de fondo, para nosotros era importante fundirnos con los colores, tonalidades y materialidad de este entorno.
El nuevo bar del Ibiza Gran Hotel, el bar Musa, es una nueva apertura donde poder cenar de forma informal, así como poder tomar unas copas después, que ofrece servicio de bebidas, elaborada coctelería y su propia oferta gastronómica, donde se combina lo chic e informal con lo gourmet y práctico. Para este nuevo local, decidimos recuperar una instalación artística de fotos que anteriormente estaban en la zona de acceso a La Gaia, unas fotos de gran valor del artista Tony Keeler, un fotógrafo americano que residió en Ibiza en los años 70. Estas fotografías ofrecen imágenes de los hippies y payeses de la época en feliz armonía, captan la esencia de ese período de efervescencia, marcado por la experimentación, la libertad, el encuentro intercultural y la transformación social.
Basándonos en estas fotos, que son un punto de referencia histórico a la Ibiza inicial, hemos diseñado la estética general del bar Musa, con bancos con formas orgánicas y una gama cromática y de materiales que también referencia la Ibiza de esa época, todo esto en contraste con una barra con un punto más sofisticado que le da el toque elegante y nocturno que precisa un hotel de esta categoría y que facilita el buen funcionamiento del local en las distintas horas y usos requeridos. Encima de esta barra, un juego de lámparas crea unos volúmenes lumínicos que se complementan con las formas cilíndricas de la trasbarra revestida en latón, dónde se expone toda la botellería del bar.



Estos dos grandes bancos corridos de obra con formas redondeadas nos zonifican los espacios destinados a las mesas sin crear una barrera divisoria visual, y se rematan con colchonetas en colores neutros y cojines decorativos con estampados étnicos, que nos remiten también a los hippies que se pueden ver en las fotografías. Estos bancos se combinan con butacas tapizadas en dos tonalidades de cuero y mesas de una altura intermedia para tener un ambiente más distendido.
En el pavimento dibujamos dos grandes alfombras realizadas con pequeñas teselas de tres tipos de piedras naturales, que también nos zonifican y dan un toque de color al espacio, a la vez que aportan unos patterns que enriquecen el conjunto sin recargarlo. Son unas alfombras que se adecuan a la gama cromática y materialidad del local, además de cumplir con todos los requisitos a nivel funcional que demanda un espacio de esta versatilidad.
Además, el techo se hace muy presente al tener continuidad con la pared mediante un encuentro en curva a lo largo de todo el local, un gesto que sigue las formas orgánicas del resto de elementos de este espacio. Todos estos elementos se combinan creando un espacio elegante y sofisticado, a la vez que distendido y acogedor.
El bar Musa está ubicado junto al lobby del hotel, y se separa de éste a través de una gran celosía metálica, que permite entrever lo que sucede dentro, pero manteniendo la privacidad necesaria para los usuarios, haciendo de frontera entre los espacios.
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